Hablamos de una de la relaciones más longevas y míticas del fútbol europeo. Fue la primera, y hasta ahora única vez, que España se despedía de una fase final de un Mundial sin perder ningún partido. Tras la eliminación del conjunto dirigido por Camacho, la prensa internacional mostró su indignación hacia la FIFA por las polémicas arbitrales que se habían vivido durante el Mundial.