En la casa en la que vive Fernando Martín Peña los rollos fílmicos se amontonan por miles y cubren cada espacio del lugar. Se trata del personaje más famoso, pero también más controvertido de la dramaturgia de Frank Wedekind, en gran parte por el tabú sobre la sexualidad femenina que provocó escándalos y censuras en la época de su estreno.