El torneo, además, presentó una de las tasas de goles más bajas en la historia y rompió el récord del Mundial con mayor número de tarjetas amarillas y rojas. Inglaterra quedó fuera del torneo tras perder ante Portugal también en penaltis, mientras que Francia derrotó fácilmente a una disminuida selección de Brasil, que a pesar de todos los pronósticos, no mostró su alto nivel de juego a lo largo de todo el torneo.